lunes, 28 de marzo de 2011

ENTREVISTA A ENCARNITA RUIZ


En nuestra sección de entrevistas traemos hoy las reflexiones de Encarnita Ruiz, una "joven" de espíritu que es testimonio de entrega y, espiritualidad para todos. ¡Muchas gracias!

Háblanos un poco de ti... ¿desde cuándo eres SalesianA CooperadorA? ¿cómo viviste el día de tu Promesa? El día 30 de mayo de 1999 día de la Santísima Trinidad en la Iglesia de María Auxiliadora ante nuestro Inspector Don Felipe Acosta hicimos la promesa 5 de los 10 que empezamos el grupo de formación de Cooperadores. Fue un día de muchos contrastes, emociones y nervios, y mucha ilusión por todas las personas amigas y familiares que nos acompañaron en ese día, y las cartas de felicitación de los que no pudieron estar con nosotros. Fue también un día de tristeza por los que empezaron conmigo en el grupo de formación y se quedaron en el camino, sobre todo, por mi marido, y esa tristeza todavía hoy está ahí. La vivencia de ese día para mí fue empezar un camino de fidelidad a mi promesa.

¿Qué es lo que más valoras de tu vocación de salesiana cooperadora? Conocí a la Familia Salesiana cuando entró mi hijo el mayor en el colegio en el curso 81/82. Me invitaron a formar parte del movimiento familiar Hogares Don Bosco. A partir de ese momento empecé a conocer el carisma salesiano y, por lo tanto, mi compromiso cristiano. Después de haber pasado, creo, por todas las ramas de la familia salesiana, siendo mi marido y yo coordinadores de Hogares Don Bosco, en el año 95 nos invitaron a la presentación de la vocación del SSCC. Con esta trayectoria el grupo se formó con 10 personas, que también conocían el carisma de Don Bosco y tuvimos la gran suerte de tener a Don Miguel Aragón, director de la casa, como formador, el cual conocía la trayectoria de vida cristiana que llevábamos todos los componentes del grupo. Don Miguel decía que teníamos casi medio camino hecho para descubrir nuestra vocación. También tuvimos la suerte de tener como formador al bueno de Don Marcelino, que en paz descanse, y por último a nuestro querido hermano Andrés Galán. Después de conocer un poco esta trayectoria, lo que más valoro de esta vocación es sentirme hija de Dios y vivir mi fe con mi comunidad; compartir en mi centro lo que yo soy, sentirme acogida con cariño por todos. Valoro mucho la oración comunitaria, que hace tanto bien. Y el saber que todos vivimos el mismo carisma y la misma misión sintiéndonos Iglesia

¿Qué persona o personas son o han sido especialmente significativas para ti en tu vocación? ¿por qué? Para mi suerte, el primer consiliario del grupo de HDB fuera Juan Fuentes. Con un solo año que estuvo con el grupo, el cambió muchos esquemas en los que yo me había educado y sembró la semilla de la alegría salesiana que no es más que la alegría de sentirme hija de Dios. O, como cita San Agustín “Ama y haz lo que quieras, pero primero ama”. Por supuesto, tengo que nombrar a todos los buenos hijos de Don Bosco que he tenido la suerte de conocer. Todos han dejado huella en mí y ha sido una trayectoria larga pero a su vez satisfactoria y enriquecedora.

¿Qué es lo que más te gusta de nuestro Centro? La diversidad de personas, en formación y cultura, en edades y sin embargo, cuando estamos en nuestro centro, la acogida, el cariño, la preocupación de saber cómo está el hermano, es, como decía Dani en una reunión de formación “entre todos formamos un solo corazón donde todos somos necesarios, aportando cada uno lo que somos”. Creo que esta es la gran riqueza de nuestro centro.

¿En qué crees que tendríamos que mejorar como comunidad? Después de la Asamblea del día 20 de febrero, me resulta bastante difícil decir qué podemos mejorar, porque fue fantástica. Pero bueno, podemos hacer un pequeño esfuerzo por estar todos juntos asistiendo a estas estupendas Asambleas que ayudan a tener sentido de pertenencia y de comunidad. Y con esto, podemos hacer todo lo demás. Creo que deberíamos hacer un esfuerzo por participar más con las diferentes ramas de la familia Salesiana y, por supuesto, los 24, que para nosotros, SSCC tiene que ser “decir 24, es decir María Auxiliadora”.

Cuéntanos cuál es tu compromiso pastoral en este curso, cómo lo estás desarrollando, cómo te sientes, cómo marcha… Desde hace casi dos años que una hermana del centro, Carmen Puerta, me llamó para que echara una mano en Cáritas de la parroquia de San Pío X. Esto para mí ha sido un regalo, pues mi voluntariado en Cáritas me ayuda a sentirme útil y satisfecha, por ayudar y acoger a tantas familias necesitadas que vienen a nuestra parroquia. Me siento feliz por trabajar en la misión de la Iglesia, como decía Don Bosco y creo que ayudando a las familias ayudo también a los jóvenes más necesitados, que es el centro de nuestra vocación.

A tu entender, ¿cuáles son las principales necesidades de los jóvenes de nuestra ciudad y cómo podríamos darles respuesta desde nuestro Centro? Creo que la mayor necesidad es el trabajo, pues creo que tenemos una juventud muy preparada, pero por la falta de trabajo, no tienen ilusión ni se esfuerzan por terminar sus estudios. Por esto, los veo bastante pasivos y acomodados dentro de las propias familias. Nuestra respuesta sería crear ilusión y estar cerca de ellos, por lo menos para que no caigan en la desesperación, ayudándoles a encontrar salidas. En mi opinión, estas salidas están en la educación y en la transmisión de valores.

Y por último, cuéntanos alguna anécdota divertida que te haya ocurrido No sé si es una anécdota, pero yo me reí mucho. Antes de hacer mi promesa, hablando con un buen Salesiano de la importancia de la oración y los Sacramentos para la vida de un buen cristiano, después de una distendida conversación me dijo: “¿Te imaginas Encarni, que después de todo esto lleguemos y se nos caiga el charnaque?” ja ja ja ja ja ja ja. Espero que no sea así, y que se cumpla la promesa de Don Bosco y nos encontremos todos en el Paraíso

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