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... y no es una redundancia. Este jueves pasado disfrutamos en nuestro Centro de una preciosa y tranquila oración que nos prepararon Alma y Antonio, en la que meditamos las muchas palabras que Jesus nos dejó sobre la oración, su sencillez, eficacia, importancia... y una vez más bebimos de la fuente que nos sustenta, la unión y comunicación directa con Dios. También pedimos por los hermanos que no pudieron asistir, por los que tienen algún problemilla de salud, por los que se encuentran más alejados, y, cómo no, por los jóvenes más necesitados.
Recordamos ahora las palabras que escuchamos en la motivación, un sencillo cuento de Antony de Mello que nos ilustra muy bien lo que nos pasa a veces con la oración:
QUITARSE LA VENDA. Cuando el Maestro invitó al Gobernador a practicar la meditación, y le dijo que estaba muy ocupado, la respuesta del Maestro fue: "Me recuerdas a un hombre que caminaba por la jungla con los ojos vendados... y que estaba demasiado ocupado para quitarse la venda". Cuando el Gobernador alegó su falta de tiempo, el Maestro le dijo: "Es un error creer que la meditación no puede practicarse por falta de tiempo. El verdadero motivo es la agitación de la mente".
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