jueves, 3 de febrero de 2011

ENTREVISTA A MANOLO MORENO


Háblanos un poco de ti… ¿desde cuándo eres Salesiano Cooperador? ¿cómo viviste el día de tu Promesa?
El día 18 de Marzo de 1988, víspera de la festividad de San José, y coincidiendo con la visita que hacía a Granada el entonces Rector Mayor D. Egidio Viganó (q.e.p.d.), cuatro matrimonios que habíamos hecho la preparación, tuvimos la satisfacción de realizar nuestra Promesa ante el Sucesor de Don Bosco. Viví ese día con algo de nerviosismo, cosa no muy dada en mí, porque, a pesar de salir de casa con casi tres cuartos de hora de antelación para ir de Avenida Constitución al Zaidfn, por poco si llegamos dado el enorme atranque de tráfico que hubo. Llegamos con la hora muy justa, pero los nervios allí se quedaron, así que la ceremonia la pude vivir con mucha intensidad, porque sabía muy bien el paso que estaba dando y a qué me comprometía.

¿Qué es lo que más valoras de tu vocación de Salesiano Cooperador?
Decir primeramente que me ha gustado mucho el que en la última revisión de nuestros Estatutos se haya antepuesto la palabra Salesiano a la de Cooperador, pues así me he sentido yo siempre. Primero, cristiano, que se da por supuesto, luego Salesiano, que es lo que nos identifica y, finalmente, Cooperador de la Iglesia en la obra de la salvación con el estilo de Don Bosco. Viene esto a cuento porque desde que tuve siete años de edad (y no fue anteayer por supuesto), hasta hoy, en que estoy a punto de cumplir los setenta años, siempre he estado unido a lo que yo llamo “lo salesiano”. Primero, y durante cinco años, como alumno; luego, como integrante de los extintos Círculos Domingo Savio (me eligieron como Secretario del mismo); y posteriormente en la Asociación de Antiguos Alumnos (del que fui Presidente sabe Dios cuántos años). En esta larga etapa de mi vida han quedado como obras que permanecen, la creación de los Hogares Don Bosco y la Cofradía del Stmo. Cristo de la Redención. Después de varios años participando y animando los Hogares Don Bosco, creímos (meto aquí a mi mujer, Carmencita), que necesitábamos algo más a nivel espiritual. Y aquí apareció Don Marcelino Carreto (por aquel entonces Director del Colegio), que nos ofreció formar un grupo de aspirantes a Cooperadores; y así nos juntamos cuatro matrimonios –Carlos González Revelles y su mujer Carmen, Antonio Marzo y su mujer Teresa, Andrés Galán y su mujer Dionella, y yo junto con Carmencita-. El primero de los cuales, Carlos, falleció de un ataque al corazón cuando se iba de caza en su pueblo, así que desde entonces permanecemos estos tres matrimonios que todos bien conocéis y que, gracias a Manolo Muñoz, nos significamos por ser “los patriarcas”. Y yendo al meollo de la pregunta: la valoración de mi vocación de salesiano cooperador se centra, sobre todo, en la oportunidad que me brinda de poder vivir mi fe en mi Centro de referencia, junto con un grupo de personas que sintonizamos perfectamente en este aspecto, potenciando mis aspectos positivos y disimulando los negativos.

¿Qué persona o personas son o han sido especialmente significativas para ti en tu vocación? ¿porqué?
En primer lugar, Don Marcelino Carreto, quien nos animó y nos formó en nuestro período de aprendizaje. Otro salesiano de gran influencia para mí fue Don Francisco Escribano, entonces Delegado Inspectorial de Familia Salesiana. Y también Don Miguel Aragón, que tomó con mucho cariño al incipiente grupo. Y, por descontado, mis amigos “los patriarcas”, y todos los que desde entonces han ido pasando por nuestro Centro.

¿Qué es lo que más te gusta de nuestro Centro?
Entendiendo al Centro como comunidad de personas, lo que más me gusta de él es precisamente la hermandad que reina entre todos, porque, por lo menos así lo pienso yo, nos consideramos hermanos en la fe. Esto hace limar las asperezas que pueden surgir de las distintas opiniones que se puedan tener sobre determinados aspectos en nuestra convivencia.

¿En qué crees que tendríamos que mejorar como comunidad?
Lo que voy a decir puede levantar algunas ampollas, pero es bueno que se diga: hay ocasiones en que se critica a determinados hermanos, sin tener en cuenta las situaciones particulares que cada uno pueda estar soportando, pienso que quizás pretendiendo hacer un bien, cuando se hace todo lo contrario. Sin estas críticas, permaneceríamos todos, y digo ¡todos! en una mejor sintonía con el espíritu que debe animarnos.

Cuéntanos cuál es tu compromiso pastoral en este curso, cómo lo estás desarrollando, cómo te sientes, cómo marcha…
Como bien sabéis, en el verano pasado sufrí un infarto agudo de miocardio, luego tuve una intoxicación medicamentosa y, posteriormente, tuve un episodio agudo de encharcamiento pulmonar. Así que el verano fue de lo más peliagudo; todo pasó, pero como consecuencia de todo ello, según los cardiólogos que me atienden, tengo el corazón a un 50% de su capacidad de bombeo. Así que estoy siempre como cansado, las piernas no me responden bien y estoy realmente mal. Esto hace que haya aparcado todas las actividades que antes tenía, aunque sigo colaborando, en lo que puedo, con los Cursillos Prematrimoniales.

A tu entender, ¿cuáles son las principales necesidades de los jóvenes de nuestra ciudad y cómo podríamos darles respuesta desde nuestro Centro?
Hacer un esquema sucinto de las necesidades de todos los jóvenes de una ciudad como Granada, con cerca de trescientos mil habitantes, es tarea ardua y realmente difícil, porque son muchos los grupos con diferentes necesidades. Si nos atenemos a nuestro entorno, el barrio del Zaidín, ya la cosa se nos puede hacer más factible. Como norma general, hemos de incidir siempre en la educación. En esto estaremos siempre de acuerdo. Y luego, ver las necesidades de cada grupo; no es lo mismo lo que demanda el hijo/a de un obrero de clase media con un trabajo que el que está en el paro, o que el inmigrante, el sin papeles, el que está en la droga, etc. La respuesta desde nuestro Centro ha de plantearse desde dos vertientes: por medio de la actuación coordinada con la Fundación Proyecto Don Bosco, y si ello no es factible, nosotros, como Centro, crear y apoyar una o más actividades que puedan redundar en beneficio de estos grupos de marginación.

Y por último, cuéntanos alguna anécdota divertida que te haya ocurrido.
Un mes o dos meses antes de emitir la Promesa, recibimos la visita de Don Francisco Escribano que, como dije antes, era el Delegado para la Familia Salesiana en la Inspectoría de Córdoba. Nos hizo unas cuantas preguntas, y terminó diciendo que no estábamos todavía preparados. Entonces yo le hice ver que los que estábamos allí llevábamos preparándonos así como cuarenta años; él se rió, con esa risa socarrona que tiene, y nos dio el placet.
Muchas gracias, Manolo, por tu testimonio en esta entrevista, y sobre todo... en tu vida

No hay comentarios: