martes, 15 de diciembre de 2009

CHETE EN EL SAHARA





















Queridos todos! ¡He vuelto!, que corto se ha hecho este viajecito de 7 días. 7 Días en los que mis retinas se han llenado de largas horas de viaje, desierto mucho desierto, pobreza, miseria, supervivencia, sentimientos muy distintos. También se han quedado llenas de Esperanza, de lucha por la vida, de resignación, de Alegría, también he podido ver mucha Alegría.En breves renglones intentaré pincelaros mi viaje, en el cual tras 23 horas pudimos llegar Silvia y yo a los Campamentos de Refugiados de Naciones Unidas. Nosotros fuimos al más alejado, el más marginal, en el que vive mi pequeña Saharaui. El campamento se llama Dajla, en honor a una de las ciudades saharauis más importantes en poder desde hace 35 años de Marruecos. Este campamento por ser el más lejano, llega menos ayuda de todo tipo y todos los alimentos y demás artículos tienen precios increible e injustamente caros, similares 100% a España. Allí en Dajla, gracias a Dios, no existe problemas de carencia de agua como en los otros campamentos, pues existe un pequeño acuífero bajo el campamento por el que han construido diferentes pozos para aprovechar el agua. La calidad de la misma, es pésima, ocasiona verdaderos problemas de salud, los cuales en parte ignoran en parte hacen por olvidar, pues no hay otra cosa a la que agarrarse.En nuestra estancia hemos estado viviendo en la casa de Fadila, nuestra pequeña. Las casas están hechas de adobe, suelen tener una habitación de unos 2 metros cuadrados donde está la cocina, se suele cocinar sobre el suelo, otra habitación de menor tamaño aún con un pequeño agujero en la pared a la altura del suelo, y dos cubos de agua a medio llenar, y una banqueta con un jabón de lagarto, esta habitación es el baño, pero en él no se puede hacer ninguna necesidad, sólo es para el aseo, para lo demás está el desierto, que es muy grande.La vida se hace día a día en el salón-comedor-dormitorio, habitación 3 en 1, que posee alfombras en el suelo y algún que otro cojín. Se come en el suelo, se duerme en el suelo, y se conversa a veces tumbado a veces sentado.En nuestra estancia Silvia que es médico ha estado continuamente atendiendo a gente en el dispensario (ambulatorio) de Dajla, el cual es un edificio nuevo del 2008, fruto de un proyecto de la Comunidad Navarra. El edificio no era muy grande, poseía diferentes salas, una de ellas preparada para el parto. Pero algo tan bueno tenía que tener algo malo, ¿no?, exacto, en Dajla se carece de médico y de enfermeros.Tampoco había medicamentos, por lo que nos hemos ido apañanado con los 25 kg de medicamentos que llevamos fruto de vuestra Solidaridad, sinceramente Gracias, pues os puedo decir que realmente habéis salvado vidas.En Dajla había muchísimos enfermos de fuertes catarros y gripes, con fortísimas fiebres, bronquitis y fuertes infecciones. La gente muere de fiebre o por insuficiencias respiratorias, sobre todo los más débiles bebes y abueletes.En nuestra estancia hemos podido experimentar aquellos años en los que tras estar toda la mañana en el dispensario acudían a casa a que los curaras, o te llevaban rapidamente hasta sus Haimas para poder atender a sus familiares.Todo no han sido penas, también hemos tenido muchas alegrías, ver la lucha diaria por la vida, el esfuerzo, el valorar las cosas pequeñas. En aquellos momentos me acordaba de ese Principito al que la rosa decía: "Lo esencial es invisible a los ojos", y que verdad llevaba!Hemos podido disfrutar de la alegría de los niños, ayudar economicamente a varias familias (gracias a la ayuda de algún que otro Salesiano Cooperador que deposito su confianza en nosotros), y ayudar a mi pequeña.Nosotros, ignorantes, pensabamos que la alegría de nuestra pequeña significaba que no estaría muy mal.... ignorantes de nosotros, pues resulta que es de las familias más pobres de todo Dajla, sin placa solar ni baterías, sin depósito de agua, sino 3 pequeñas botellas que rellenaba 3 o 4 veces al día del pozo al que tenía que llegar andando a diario, con un camping gas por cocina, sin horno para hacer pan (importantísimo para cualquier saharaui), sin casi nada. Gracias a Dios, este viaje ha servido para poder ayudarles un poco en esta dura vida, e intentar hacer las cosas algo menos complicadas. No me entrentego mucho más, tampoco estoy muy inspirado esta noche en la escritura, por lo que os dejo algunas fotos para que las podais disfrutar.Animaros a ayudar en lo que podáis con estos pueblos, en los que tanta responsabilidad tenemos de su situación los españoles. Animaros a no derrochar, a valorar lo que tenéis, a no tirar comida, etc.Me despido con la sensación que traigo desde mi último segundo en el que me montaba en el camión de regreso, la sensación de haber podido hacer más, la impotencia de no poder quedarme allí de por vida, de no cuidar, alimentar y limpiar a diario a mi pequeña, la impotencia de ver enfermos moribundos por falta de un simple paracetamol. Las lágrimas de no poder soportar ver a gente viviendo en la nada, en el fin del mundo y más aún de ver a mi pequeña allí, deportada,exiliada, condenada de por vida.El ánimo me impide seguir escribiendo, sólo os digo que la caminata más larga comienza con un sólo paso, y la nieve acumulada en la rama del árbol hasta que la quiebra comenzó con un sólo copo. Cualquier ayuda por pequeña que sea es significativa, es importante. Quizás haga falta un copo más para que la solidaridad se abra camino en el mundo.Gracias a todos por vuestros ánimos, por preocuparos por mi viaje, y por apoyarnos.Gracias, de corazón. Jesus Tortosa del Valle (Chete)

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