martes, 15 de diciembre de 2009

REUNIONES SOBRE SAN PABLO






Los pasados días 22 de noviembre y 3 de diciembre hemos tenido la oportunidad de disfrutar en el centro de Salesianos Cooperadores de Granada de la presencia de dos hermanos de la congregación Paulina, Miguel Ángel y Pepe, que nos han ofrecido su sabiduría exponiéndonos sus muchos conocimientos sobre la vida, circunstancias históricas, viajes y cartas de San Pablo, dándonos importantes claves para comprender su aportación en la expansión del cristianismo y su interpretación y vivencia del mensaje de Jesús.

Tuvimos ocasión de conocer las circunstancias históricas que rodearon su vida, y que condicionaron en gran medida el contenido de sus escritos, sobre todo las cartas, que responden a problemáticas concretas que se daban en las comunidades que previamente había visitado. Esta clave, por ejemplo, nos sirvió para entender muchas de sus afirmaciones sobre la mujer, muy discutidas y discutibles si se ven con el prisma de los ojos de un hombre del siglo XXI, pero que se entienden claramente con la mentalidad judía de la época y con las circunstancias sociales de los destinatarios de sus escritos. Cuando se leen los saludos de sus cartas, podemos apreciar claramente que Pablo reconoce a muchas mujeres como auténticas líderes de sus comunidades, y cuando habla del amor entre los esposos sitúa claramente a la mujer y el hombre en un mismo plano, lo que desmonta claramente la fama de misógino de este Santo.


Es el “Santo de la Globalización”: sus viajes hicieron que el mensaje de Cristo se expandiera por todo el mundo entonces conocido, y su entusiasmo contagió a muchas personas. Aunque hay muchos que piensan que sin San Pablo el Cristianismo no se habría extendido más allá de la zona geográfica de Asia Menor, lo cierto es que los ponentes nos trasmitieron que puesto que lo importante y desbordante ha sido siempre el mensaje de Cristo, seguramente otro hubiera asumido esa función. Pero no sólo lo hizo por sus viajes, sino porque en él concurrían las circunstancias propicias para que comprendiera e hiciera comprender a grandes núcleos de la población de su época este mensaje de Cristo: él era judío, más concretamente fariseo, tenía una fuerte formación griega y era ciudadano romano, con lo que supo tocar las claves necesarias de estas culturas.

Nos insistieron en que el mensaje esencial de San Pablo es de actualidad hoy día: Cristo ya nos ha salvado, y no por nuestros méritos vamos alcanzar esa salvación, pero puesto que ya hemos sido salvados, tenemos que comportarnos como tales. Aunque el esfuerzo humano por nosotros mismos es inútil para alcanzar la salvación, el seguimiento de Jesús es esencial: está comprendido en nuestro credo, Dios nació entre nosotros, pasó haciendo el bien, murió y resucitó, y nosotros hemos de seguir este camino, hasta el final.

Cuando Saulo descubrió estas verdades se produjo su conversión, una auténtica "caída del caballo" (por cierto, que la caída en sentido literal no aparece en ningún sitio de la Biblia) y una "ceguera" posterior, figuras éstas que no se deben interpretar al pie de la letra, sino como expresiones que revelan el desmoronamiento de los valores en los que hasta ese momento había creído, y su sustitución por unos tan renovadores como los que constituyen el mensaje de Cristo.

Otro de los grandes mensajes de san Pablo es el de la diversidad de los carismas y las misiones en la comunidad cristiana, teniendo todos ellos la misma categoría y dignidad (el brazo no puede ser ojo ni el ojo brazo, porque si en el cuerpo todo fueran ojos, ¿quién haría el trabajo del brazo?).

Muchas más reflexiones como estas nos dieron que pensar, y terminamos rezando emocionadamente con el texto del inicio de la Primera Cartas a los Tesalonicenses, primer texto escrito de la Biblia.

Muchas gracias a Miguel Ángel y Pepe, que además se pusieron a nuestra disposición para seguir difundiendo el mensaje de San Pablo y en general el conocimiento de la Biblia (Hermano José Ignacio Pedregosa, vocaciones@sanpablo.es).

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